Hace tiempo ya, prácticamente cuando se abrieron las
inscripciones, realicé la mía junto al últimamente inseparable en las
actividades deportivas (y que también me deja la nevera pelada ;-) ) el amigo Juan Tur Planells (POU). Pero después llegó la realidad, un
verano como todos los de aquí en el que el tiempo para entrenar se esfumó, quizás alguna esporádica mañana para nadar en
el mar o salir en bici en plan familiar, pero nada que se pueda llamar
entrenamiento continuo para un objetivo, y menos para uno como este.
Así que di por contado que no lo realizaría y que mi
temporada se había terminado en Lanzarote,
pero aquí entra en juego otro factor, la cabezonería de este señor, con
frases como, pues yo quiero intentarlo, está pagado así que salimos y hasta
donde lleguemos… y cosas así.
Hace un par de semanas hubo un olímpico en la cercana isla
de Formentera y le dije, ale, vamos a correr este y verás que es hacer un tri
sin entrenar, este es cortito comparado con un LD y tú sacas conclusiones.
Salimos del agua destrozados, la bici haciendo una medía de
30km hora nos dejó tocados ( para ser sincero a mí más que a él, que la bici es
su fuerte) y en la carrera a pie petamos los diez kilómetros. Al terminar le dije
¿qué? ¿Aún te quedan ganas de hacer el LD? Y mirándome como un crío pequeño va
y me espeta – pues yo lo intentaría – (me ha matado!!!!!!).
Me cojo la siguiente semana libre para poder hacer un poco
de bici y el primer día sin trabajo acabo en la cama con un gripazo que me deja
toda la semana en cama y KO. La siguiente diluvia a diario y es imposible salir
en bici, el jueves por la tarde deja de llover y salimos a dar una vuelta al
circuito desde mi casa que lo alarga unos 20km más, el viernes nos vamos al
circuito de natación y le damos una vuelta en 38´ (para morirse). El sábado
preparamos las cosas y el domingo a las siete en la línea de salida.
Vamos a ser fieles a la decisión: nadamos y a ver si con
suerte llegamos a T2 antes del corte de bicicleta. Él tiene otra salida dos minutos
antes, el recorrido se alarga unos 200m por vuelta por la colocación de unas boyas
que circundan el islote que tenemos que bordear, nado tranquilo porque sé que
si me acelero me salgo de pulsaciones y se me acabó todo, termino la primera
vuelta y en la segunda pillo unos pies maravillosos que me hacen ahorrar un montón
de energía y me dan la segunda vuelta al
recorrido prácticamente hasta falta de quinientos metros.
Hago la transición y salgo con la bici a un circuito duro y rompe
piernas, plato pequeño y tira millas…. Cuando me faltan unos 5 km para el punto
de giro para finalizar la primera me cruzo con el “Amigo”, va sonriente el
chaval… ¡yo lo mato!, hago el giro y
comienzo la segunda, aquí ya noto que bajo un poquito el rendimiento (me estoy
acercando a la máxima distancia hecha en bici) pero sigo “palante”, en el penúltimo
avituallamiento me lo encuentro, se ha bajado de la bici y se está comiendo
todo lo que hay encima de la mesa,- vas a engordar – le digo, deja de comer y
ponte a dar pedales. Se pone a doce metros de mí y así hasta la T2.
Le miro, me mira y le digo “¿cómo entreno ya está bien no?; Hombre! yo algo correría! me responde,( la madre que lo ….). Pues a correr se ha dicho!!!, pegaditos el uno
al otro hicimos como pudimos la primera vuelta, para ser sincero, penando mucho más que é; ,
le digo:" cuando llegue al primer giro de vuelta lo dejo, voy reventado!!!, cuando
llegamos me dice: "venga damos otra"." Nos vamos a lesionar, pero bien" le digo, y
empezamos la segunda, ésta mejor que la
primera pero aún muy tocado, le digo está si que me retiro, pero al llegar al giro
miro el reloj y veo que nos sobra bastante tiempo, que incluso andando la damos
y nos queda tiempo, así que un par de cojones y a por todo, la última la
hacemos más rápido (queremos dejar de sufrir ya) él va muy tocado, por primera
vez le veo sufrir de lo lindo pero no se achica, a falta de tres kilómetros aparece
mi mujer, Carmen nos dice que ya va siendo hora que le demos caña y se va
corriendo delante para meta y unos diez minutos después cruzamos el arco de
meta.
Ha sido una auténtica locura, la primera de él, la segunda
mía, pero esto demuestra que cuando uno quiere algo, solo tiene que ir a por
ello, el triunfo en esta vida es para los que,como mi amiguete en esta ocasión, no dan por perdida una batalla.
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