Tengo abandonado el blog, falta de tiempo sería la principal
causa ya que cuando dispongo de algo de tiempo lo último que en estos momentos
me apetece es ponerme ante el ordenador, en fin …. trataré de ir subsanándolo.
En estos dos primeros meses y medio del año he ido pasando
por varias facetas, abandone la natación para centrarme un poco en la bicicleta
y más en la carrera a pie con la meta
del maratón de Sevilla, si bien al final
por problemas de logística con los vuelos me hizo inviable la asistencia al
mismo.
Quizás de modo
inconsciente fue el detonante en mi para que me invadiera una desidia en la
cual solamente pensar en subirme a la bicicleta o irme a la piscina me hacían
sentir mal, y únicamente la vencía calzándome las zapatillas y saliendo a correr, zapatillas auriculares y
buena música era lo único ante lo que mi cuerpo no se revelaba.
Pero… Lanzarote se aproxima y comenzó una guerra interna al
mismo tiempo el 7 de Abril con el agua que estará aún helada toca el ICAN de Málaga,
y con solo quince días ya os imagináis lo que saldrá.
Así que ayer por fin me plante cara a mi mismo y comencé de
nuevo a pedalear, y como no podía de ser
de otra manera en el Km. 50 reventé el cable del cambio que atravesó la camisa
y no quedó más remedio que dejarla en el taller, amablemente me dijeron que en
un par de horas estaría y menos mal porque si arranco y tengo un día por medio
sin bici no se si volvería a comenzar, así que mientras la reparaban me hice un
dos mil en la piscina que me pareció que estaba cruzando el estrecho, no os voy
a describir las sensaciones pero me apetecía llorar en el agua.
Así que hoy vuelvo a la batalla, todo preparado para una vez
terminada la jornada hacer que esas bielas giren y más tarde el cloro vuelva a
atacar mis fosas nasales.
En cuanto a números desde enero llevo pedaleados 840km
corrido a pies 433 y nadados 22km, así que ni en mi peor año, apañados voy este
año para Lanzarote, un año que respetan las lesiones voy yo y me vengo abajo.